miércoles, 26 de febrero de 2014

OCURRIO HACE UN SIGLO

Hace un siglo era alcalde distrital de Ilo don Juan Pedro Vásquez, cuyo período se extendió desde abril de 1912 hasta setiembre de 1915. sucedió en el cargo a don Cayetano Garibaldi y fue remplazado al término de su mandato por don Alberto Malatesta.
En el mes de enero se puso a subasta pública la administración de los baños públicos ubicados frente a la playa del muelle, estableciéndose el costo de los mismos y las obligaciones del arrendatario.
En el mes de febrero el superintendente del ferrocarril de Ilo a Moquegua se quejaba del excesivo uso del agua en el riego de  los jardines públicos.
La Dirección General de Instrucción Pública dio a conocer en el mes de julio la necesidad de crear una escuela mixta en el pago de Algarrobal para atender a los niños y niñas del valle que por su lejanía no asistían a los colegios fiscalizados de Ilo.
En agosto se firma contrato con el gremio de panaderos para regular la venta del pan acordándose el peso y precio de este producto. El mismo mes se firma contrato con los comerciantes locales en el que se establecía el precio de los productos y las condiciones de comercialización.
En octubre don Eduardo L. Sothers se hizo cargo de la administración del ferrocarril.
En el mes de diciembre la Inspección de Instrucción de Moquegua programó para los días 17 y 18 la realización de los exámenes anuales de las escuelas fiscalizadas del puerto.
Diferentes quejas del vecindario se hacen contra el gremio de panaderos por no respetar el contrato firmado con el municipio que les obligaba a vender pan con  un peso de tres onzas y media.
El municipio suspendió por treinta días la licencia dada a don Temístocles Barrios para beneficiar ganado y vender carne a la población debido a que éste había incumplido en varias oportunidades el compromiso de venta de carne el acuerdo con el tratado firmado en el mes de agosto.
Se estableció el precio de la carne en 25 centavos bolivianos la libra de 16 onzas.
Se determino imponer una multa de cinco soles por día al comerciante de carne que deje de vender este  producto.
La harina sufrió un aumento de cincuenta centavos en su precio lo que obligó a la suba del precio del pan generando la protesta de la población y de la propia municipalidad. Al final la municipalidad autorizó el incremento en menor proporción a la aplicada por el gremio de panaderos.
El comerciante Pablo Liu solicitó el incremento en el precio de la manteca importada a sesenta centavos debido a  los costos de importación, aceptándose el mismo al encontrar razones justificadas.