martes, 5 de febrero de 2013

EL TERREMOTO DE 1948.

    Ilo ha sido testigo y víctima de varios movimientos  sísmicos a través de su historia. El más terrible de ellos fue el ocurrido el 13 de agosto de 1868 que originó un tsunami tan devastador que el antiguo pueblo ubicado en lo que hoy es San Gerónimo fue destruido y debió ser ubicado por órdenes del Presidente Balta en  lo que actualmente es el puerto de Ilo.

  Sesenta años más tarde, días más días menos, Ilo sufrió otro de estos movimientos. El 11 de mayo de 1948 un terremoto der gran magnitud destruyó parte de Moquegua. Según lo que relata Luís Kuon, “a las 3.57 de la madrugada se produjo un violento terremoto de grado 7 en la escala de Mercalli y de aproximación de 50 a 60 segundos. Al primer remezón siguieron dos más, acompañados de ruidos interiores que produjeron justificada alarma en la población, pues raíz del sismo y ante los continuos temblores que se producían, la gente buscó los espacios abiertos para pasar las noches siguientes, unos a la intemperie y otros bajo carpas o armazones de madera y caña cubiertas que se levantaron principalmente en la Avenida de la Estación… A consecuencia del sismo, cayeron por tierra las coronaciones de las dos torres de Santo Domingo que se hicieron en las obras de refacción de dicho templo… También se produjeron cuarteaduras de consideración en la mayor parte de viviendas, algunas de las cuales sufrieron derrumbe de techos y paredes.”
En ese mismo momento Ilo sentía los efectos de este fenómeno natural, acompañado de fuertes vientos que alarmó a la población que inmediatamente fue ganando las calles. Pasado el movimiento algunos regresaron a sus casas a verificar los efectos del mismo y otros prefirieron quedarse en la vía pública por seguridad. Con los primeros rayos de luz se pudieron ver algunos efectos del sismo en las paredes rajadas de algunas casas como ocurrió con las del hospital San Gerónimo, circunstancia que fue aprovechada por el presidente de la Beneficencia Pública de Ilo para solicitar al concejo de ese entonces la concesión gratuita de un terreno para ampliar su local. El movimiento trajo abajo las paredes de la casa cural ubicada al costado del templo de San Gerónimo en la esquina de las calles Callao y 28 de julio.
Pasado el movimiento, el concejo municipal presidido por don Luís E. Ghersi (abril de 1948 a mayo de 1949) dispuso de presupuesto de emergencia para levantar la pared colapsada de la casa cural y destino la cantidad de S/ 1500.00 “con el objeto de comprar chompitas y otras prendas de vestir, para los niños pobres de aquella ciudad (se refería a Moquegua) y que hayan sufrido mayores daños por el sismo.”
Como consecuencia del desastre producido por este terremoto se creó en Lima un Comité Pro Damnificados integrado por personalidades de Ilo y Moquegua, entre quienes se encontraba don Humberto Ghersi Mosquera que ejercía el cargo de tesorero,  y cuyo objetivo era recaudar ayuda desde la capital para dirigirla a los más necesitados del departamento. Un hecho bochornoso, no obstante la desgracia vivida por la población moqueguana, empañó las acciones de este comité a favor de los damnificados del terremoto. Una denuncia de malos manejos contra los integrantes de esta comisión realizada por el diputado de Ilo ante Moquegua, don Raúl Jiménez, ocasionó la protesta inmediata del grupo de apoyo que se hizo conocer mediante una comunicación dirigida al concejo de Ilo; la comuna distrital lamentó esta acusación infundada indicando en otro documento que la misma “ha afectado grandemente la honorabilidad de los componentes del comité indicado, personas netamente moqueguanas e ileñas, de reconocida honorabilidad y solvencia, como también altruistas y filántropos que representan con prestigio al departamento de Moquegua y que han sido ofendidos sin causa que lo justifique” y que integraba, en calidad de tesorero “un preclaro hijo de Ilo” el señor Humberto Ghersi Mosquera. Como consecuencia de esta denuncia el concejo destituyó del cargo a Raúl Jiménez, condenando su actuar “que no interpreta el sentir de los miembros de este municipio ni los del pueblo de Ilo en general.”
Poco a poco la población retomó la tranquilidad. Muchos recordaron el terremoto del siglo pasado. Se cuenta que muy temprano la gente acudió al templo de San Gerónimo a rezar como era costumbre en estos casos, la pared de la casa cural no duró mucho en ser levantada, la autoridad recorrió el pueblo constatando que los daños no eran muy terribles, dispuso de algún ayuda y poco a poco retornó la calma y la gente se fue olvidando de este hecho.

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